Conmemoración
del 60° aniversario
Discurso
del señor rector de la Universidad del Valle,
Iván Enrique Ramos Calderón, en el acto
solemne del 11 de junio de 2005.
Me
ha correspondido a mí el inmenso honor de ser
el Rector de la Universidad del Valle, en esta ocasión
solemne, iluminada desde la distancia por la visión
futurista de nuestros fundadores, para renovar públicamente,
con ustedes como testigos, un voto que quienes formamos
parte de la Comunidad Universitaria hacemos cotidianamente:
el indisoluble compromiso que la institución
tiene con la región y con su gente.
No
es esta una ceremonia para recibir honores sino para
dar gracias. Hoy queremos recordar el pasado en la forma
de un reconocimiento entrañable a algunas personas
e instituciones que han contribuido de modo importante
a que la Universidad del Valle haya recorrido con fortuna
el camino de la excelencia académica en los sesenta
años que corren desde su fundación el
11 de junio de 1945. El libro que ustedes tienen en
sus manos recoge la pequeña historia de los acontecimientos
y la grandeza de los ideales de quienes iniciaron esta
historia. Agradecemos a los profesores Luis Aurelio
Ordóñez y Arcadio Guzmán, por haber
cedido los textos para esta edición.
Hacemos
hoy un reconocimiento que incluye a instituciones públicas
regionales, a generosos benefactores, a la dirigencia
pública y privada, a docentes y funcionarios
que han visto el transcurrir de la Universidad desde
sus orígenes. Un grupo de ciudadanos ejemplares
en cuyo nombre queremos honrar a todos aquellos que
con el correr de las generaciones, con su trabajo y
su apoyo, han hecho de la Universidad una de las mejores
del país. Y con ellos, un reconocimiento que
es la esencia misma de la Universidad, al grupo de profesores
escogidos por sus propios pares como el más distinguido
por sus realizaciones académicas.
Y
hacemos al Valle del Cauca y a la Nación un regalo
que es como volver a los orígenes: la publicación
de las obras completas de Jorge Isaacs, en 11 volúmenes,
encabezadas naturalmente por la versión crítica
de María, a la vera de cuya imagen de mármol
que eterniza sus amores, realizamos este acto. Con ella,
todo el registro de una época de la cual Isaacs
fue uno de sus protagonistas eminentes: el descubrimiento
de las potencialidades mineras del país, la controversia
política del radicalismo y el debate de lo que
debería ser la educación pública,
en un medio donde por ese entonces estaba casi todo
por hacer. En esos documentos que se vuelven de dominio
público podremos encontrar muchas de las causas
que hoy nos inspiran, muchas de las metas que hoy no
hemos alcanzado.
Este
aniversario se cumple en medio de tres buenos augurios,
que marcan el futuro de la Universidad. El primero,
que como preámbulo de esta celebración,
el Consejo Superior en su última reunión
ordinaria aprobó el Plan Estratégico de
Desarrollo 2005-2015, cuya construcción tomó
varios años de análisis por parte de la
Comunidad Universitaria y que será la carta de
navegación de la Institución para el próximo
decenio.
La
universidad comprometida con el entorno, con la pertinencia
de sus programas en la sociedad, con la democracia,
con la modernización de su estructura y sus métodos,
con el fortalecimiento regional desde una visión
global, que en ese plan se describe está diseñada
para enfrentar ese futuro exigente. El trabajo entusiasta
de toda la Comunidad Universitaria y el apoyo ciudadano,
es la mejor garantía de que se convertirá
en una realidad.
Nos
proponemos consolidar el proceso que nos identifique
como una Universidad de alta calidad, en la que primen
la diversidad, la pertinencia y la evaluación
por logros. Los resultados de los exámenes de
Estado en los dos últimos años, realizados
entre nuestros graduandos, muestran que nos encontramos
en la vanguardia de las Universidades colombianas.
También
queremos avanzar en la vinculación de la Universidad
con el entorno, que fue un clarísimo propósito
de los fundadores. Prestar nuestro servicio para contribuir
a la solución de problemas cruciales de la región
y del país, lo mismo que a la construcción
de un proyecto cultural, ético y democrático,
que aporte a la conformación de una sociedad
colombiana pacífica, productiva y moderna.
Así
mismo, estamos obligados a una permanente mejoría
en nuestra gestión administrativa y financiera,
para mantener vigente el derecho de los ciudadanos,
en especial de los más desprotegidos, a una educación
superior pública, de alta calidad, que sea factor
de equidad social.
Avanzamos
también, con buenos auspicios, en el proceso
que nos convertirá en la primera Universidad
Regional de Colombia, para que los habitantes de las
diversas subregiones del Departamento tengan la oportunidad
de acceder a la educación superior, sin desarraigarse.
Y
queremos que la Universidad sea un faro para la sociedad,
erradicando toda forma de violencia de las relaciones
universitarias, mostrando la posibilidad del ejercicio
de la crítica, la controversia, de la resolución
pacífica de conflictos, y del pleno funcionamiento
de los principios democráticos sustentados en
la más amplia participación.
La
Universidad no tiene otro compromiso que el cumplimiento
de su misión de modo autónomo; su obligación
de desarrollar las políticas estatales consagradas
en las leyes de la República, debe entenderse
dentro de su privilegio constitucional de establecer
sus prioridades académicas y darse su estructura
y su gobierno. La Universidad no ha sido ni será
parte de un proyecto partidista o grupal. Es parte de
la misión del Estado de educar con excelencia
y todas sus energías están orientadas
a la ejecución de ese propósito. Imparcial
frente a la política, comprometida frente a las
responsabilidades estatales.
El
segundo buen augurio, es que en esta ceremonia la señora
Ministra Encargada de Educación Nacional hará
entrega a la Universidad de la resolución que
la acredita institucionalmente, lo cual nos convierte
en la primera Universidad del Suroccidente colombiano
con Acreditación Institucional, es decir con
un sello de calidad en todos sus programas y en todas
sus sedes.
La
Comisión de Pares destaca fortalezas muy importantes
de nuestra Universidad y que están consignadas
en la Resolución de Acreditación. Identificó
también aspectos susceptibles de mejoramiento
donde ya estamos trabajando y que fueron incorporados
al Plan Operativo 2005-2007 aprobado también
por el Consejo Superior.
Como
conclusión los pares expresaron por unanimidad
que la Universidad cumple con los requisitos para ser
acreditada, recomendación que ha sido aceptada
por el Consejo Nacional de Acreditación y que
se entrega en el mejor de los días para ser entregada.
Un reconocimiento que nos llena de orgullo porque no
es otra cosa que el resultado de un esfuerzo persistente,
coordinado, común de una gran cantidad de personas
durante los últimos sesenta años. Es un
reconocimiento que nos compromete con el futuro porque
empieza de un elevado punto de partida.
Y
un tercer buen augurio, es el avance de las gestiones,
que con el apoyo unánime de la bancada parlamentaria
del Valle del Cauca, se adelantan ante el Gobierno Nacional
para compensar una deuda de pensiones y liberar cerca
de 23.000 millones para inversión y fortalecimiento
institucional en los próximos 10 años.
El señor Ministro de Hacienda se ha comprometido
con esta propuesta. Estos recursos son fundamentales
para garantizar un programa de inversiones acorde con
nuestras expectativas de desarrollo.
Nuestro
empeño es educar. Queremos que nuestros estudiantes
no sólo desarrollen las competencias propias
de sus carreras, sino que además se caractericen
por su autonomía intelectual, su compromiso y
responsabilidad social y ciudadana, y su genuino interés
por campos del conocimiento, aspirando a la universalidad
cultural. Pero también que su aprendizaje se
sustente en procesos de generación, apropiación,
transformación, difusión, transferencia
y aplicación responsable del conocimiento. En
otras palabras, que sean ciudadanos del país
y del mundo, conocedores de sus derechos y sus obligaciones.
Hoy
volvemos los ojos hacia atrás para admirar el
panorama de logros pasados, y el espíritu valeroso
y visionario de nuestros fundadores. Los que hoy tenemos
la responsabilidad de dirigir la Universidad del Valle,
sus Consejos Superior y Académico, nos debemos
a quienes tuvieron ese sueño hace 60 años.
Este acto es en su honor y en honor de quienes nos precedieron
en esta tarea de dirigir la Universidad del Valle.
Y
miramos hacia adelante para invitar a todos ustedes
a que nos sigan acompañando en esta apasionante
travesía guiada por la ciencia, la técnica,
las humanidades, el arte y la pedagogía y el
ideal de vida democrática al que todos aspiramos.
Nuestra tarea es seguir construyendo esa Universidad
de excelencia, autónoma, democrática,
regional, pública, estatal y moderna, fundamentada
en la investigación y de frente al Siglo XXI,
cuyas sólidas bases se han ido construyendo en
sesenta largos años de acción y reflexión.
En
nombre de sus profesores, empleados, trabajadores, estudiantes,
graduados y jubilados, mil y mil gracias a todos.
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